Las cirugías plásticas se han convertido en algo habitual para la mayoría de las mujeres.
Actualmente, tres de cada diez cirugías realizadas son un regalo que el paciente recibe, mayormente de una persona que forma parte de su círculo íntimo.
Entre el 20 y el 30 por ciento de las operaciones son obsequios de novios y maridos, y entre las prácticas más solicitadas figuran, el implante mamario, la rinoplastia y la lipoaspiración.
Sin embargo, cuando se trata de mujeres más grandes y retoques faciales, en esos casos, no suelen ser regalos, dado a que mayormente no es deseoso de revelar dicha operación a nadie y poder pasar desapercibida.
Entre mujeres con varios embarazos a cuestas, la abdomenoplastia lidera el ranking de tratamientos.
La consultora –Proximitas- realizó una entrevista a 6800 mujeres, el resultado dejó ver que el 87% cambiaría algo de su cuerpo, pero sólo el 8% se sometió a cirugías estéticas.
La sociedad, y sobre todo las mujeres se encuentran en un conflicto grave y difícil de cambiar.
Las cirugías estéticas fueron creadas para mejorar pequeños defectos, pero ya no es así, este tipo de intervenciones se realiza por capricho, obsesión, enfermedad y moda.
Hay que tomar conciencia que una vez que se someten a la primer cirugía, esto luego pasa a ser una adicción.
Los amantes del quirófano no son mas que personas que no se encuentran muy bien psicológicamente, ya que en el mismo instante en que pensaron pasar por el quirófano, en ese mismo momento se están autodestruyendo, ya que no se pueden aceptar, por lo que terminan convirtiéndose en personas artificiales.
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