por Exequiel Arrua
Preocupados teatralizando preocupación,
artistas de lo que interpretamos pero no decimos, músicos por la necesidad de
soltar en el viento una idea que no encaja perfectamente en espacio y tiempo
pero que sin embargo es nuestra verdad. Somos…
Un elemento mas dentro de la
maqueta del mundo, la razón por la que un ascensor se mueve, el hambre de una
casa de comidas, el desorden de la
ley, el motivo por el cual existe la represión, la represión constante de todo
aquello que nos gusta y que otros no aceptan.
Somos la existencia del dinero,
incluso somos el valor. La transacción, el pago, la deuda y la trampa, somos…
Somos refugiados en los refugios establecidos
del sistema, eligiendo variedades de razones, destacándose dos: la creencia extrema
abalada por la repetición entre los pares, y así en cada lugar del mundo hasta
formar parte de las características del sentido común. O la desorientación que
marcha contra la creencia, que se pinta de rebeldía con detalles sentimentales,
que es capas de morir por las vidas sometidas, pero que también enferman de
canibalismo, y termina comiendo caníbales por una supuesta justa razón.
El verdadero fallo del sistema se
da justo donde algunos se dejan ser, justo en el medio de los dramas, ahí donde
se puede ver la parte de un sistema fallado que adquirió lo necesario para vivir.
Sin embargo jamás lograron catalogarse de otra manera que no sea el error, y jamás dedujeron que siendo un error se convirtieron
en el sector que mejor representan la realidad, terminando todos agrupados en
cajas vacías de cemento bautizadas como nosocomios psiquiátricos.
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