Salvese Quien Pueda


Somos porque nos ven, somos porque nos escuchan. Entonces si somos porque nos ven, y somos porque nos escuchan...somos tantas cosas diferentes como las muchedumbres que integran esas multitudes, que nos ven y que nos oyen...

15 oct 2013

Nadar solo

por Oscar Ayala

En el film, el director Ezequiel Acuña nos propone ver o recordar situaciones en la que la adolescencia es la única protagonista y todo lo que esté relacionado a esa parte de la vida. En la película pareciera ser que no pasa nada pero en realidad sucede de todo. El mundo que nos muestra Acuña es adolescente pero no en el sentido teenage y colorido de los avisos publicitarios sino que adolecen de personalidad.
Martín (Nicolás Mateo) es una persona incompleta y no la pasa del todo bien. Tiene diecisiete años. No tiene comunicación con su familia. En el colegio lo están por echar. No es el mejor momento para la banda en la que toca la batería. Su amigo de siempre ya no está tan cerca. No puede encontrar a su hermano mayor que hace dos años que no ve. De esta manera inicia una búsqueda para salir de la insatisfacción del presente continuo.
“Nadar solo” despliega un rigor estético y artístico absoluto y notorio. Si bien es meticulosa no despliega virtuosismos inútiles para quedar bien con el cine comercial. La obra tiene un tono y lo mantiene con convicción, y ese tono se ve favorecido por cierto anacronismo en el mundo del protagonista, que lo ubica en un tiempo que es el presente pero que también puede referir a algún otro período de tiempo ha elección del espectador.
La película se lanza hacia el camino de las emociones. Ezequiel Acuña lo logra sin golpes bajos ni picos dramáticos. No hay en nuestra cinematografía argenta otro film con un joven como el personaje de Martín. En nuestro cine argento generalmente los jóvenes solían ser representados por adultos o por jóvenes que actuaban como adultos. En las generaciones posteriores surgieron nuevos tipos de jóvenes, pero expresaban de forma demasiado obvia y verbal las ideas de los directores. “Nadar solo” muestra algo completamente nuevo: el personaje es auténtico y creíble.
La segunda película de Acuña (“Como un avión estrellado”) se centraba en una historia de atmosfera similar sin embargo no tuvo el impacto de su opera prima. Es que en “Nadar solo” el reflejo adolescente encuentra su ritmo justo, con silencios y encuadres modestos pero efectivos. La transición, observación e introversión silenciosa que encontramos en el mundo del director lo acerca a uno de sus referentes reconocidos por él mismo como lo es el cineasta Gus Van Sant.

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