sensaciones Impalpablemente cotidianas

Por Exequiel Arrua 

Las grandes demandas, los monstruos corporativos, las modas, el individualismo y teatralizacion de los sucesos parecen apoderarse de la realidad.

Cada día pareciera mas inclinado el camino, resulta difícil no ver cuesta arriba la carretera de los deseos y las pretensiones. En cada ocasión nos acercamos un poco más al morbo. 

La cultura, que cuenta con sub. Culturas invisibles que todos aceptamos y nadie reconoce, lentamente se va introduciendo dentro de cualquier persona trasformando a las mismas en la consecuencia de lo que los rodea. 

Entonces, aparece una palabra vieja, arruinada, sin sentido quizás, muchas veces utilizada. Una característica que nada tiene que ver con lo que ocurre ni con lo que ocurrirá, solo una palabra que lo cambia todo; “la lastima” o “el dar pena…”

La vida por momentos pareciera no alcanzar, necesitando una muerte, una enfermedad o algo que nos condicione, y nos permita ser aceptados.  

La lastima social vive al lado de tu casa, en el Sur, en Colombia, en China y donde quieras imaginarlo. La pequeña gran diferencia esta en el uso y precauciones que uno le da. 

No podría decirse si es positivo o negativo el síntoma, solamente existe como tantas otras cosas no tan buenas y no tan malas del mundo. Sin embargo como toda sensación existente, esta nos condiciona según el uso y la función que cumpla para nosotros, lo que esta regido por la interpretación de esa “lastima”, ya que la entenderemos y luego utilizaremos según como la hayamos percibido.  

Esto no hace diferencia de clases sociales; de la media para abajo se entiende esto como un derecho proveniente de la falta de posibilidades, y si miramos para arriba veremos el sobre entendimiento que lleva a utilizar esta “lastima social” como estrategia para conseguir sus objetivos.

Por ultimo, esta palabra ya no sabemos si es una sensación, un sentimiento o un arma de múltiples guerras. Y lamentablemente muchas veces divide al mundo en dos partes, los que  entienden que mediante sus actos conseguirán cualquier cosa que se propongan, y los que diagramaran la estrategia basándose en las penas que los invaden intentando ganarse el apoyo por consideración y no por merito.