Por Exequiel Arrua
Los cuerpos admirables del mundo
están como si los años no le afectaran mientras cualquiera de las Marías que
encontramos en el mundo real sufre despiadadamente la perdida inevitable de lo
que supo ser su arma letal.
Discutimos discusiones ajenas
desde otra dimensión, discutimos la temática de otros, somos el intento fallido
del estereotipo con animaciones en 3D; somos la estrella de mundial en lugares
escondidos, y en simultaneo a las fantasías de la razón manipulada está marchando
el tiempo y amenaza con no volver.
Van los autos apurados para
llegar al placentero esfuerzo, que luego será compensado con la posibilidad de
continuar en el circuito de los vivos aterrados.
Tenemos precio a pesar de la
dignidad, tenemos ganas que demandan esfuerzo, somos la gran fuerza que solo nosotros
mismos podríamos destruir. Nuestro enojo vale un gesto, pagamos con gestos
nuestras manipulaciones victoriosas. Seguimos esperan que nos traicionen para
traicionar…
Hay avaros comunistas, existen
generosos capitalistas. Hay ciudades maltratadas, hay maltrato en tu ciudad.
Puede haber una mina de oro en el lugar mas pobre del mundo, como puede (y
existe) un mundo decorado en cual estan paliados la felicidad y el confort.
Los que no son nadie están siendo
protegidos por la exclusión de la masa dominante, la cual interpreta esto como
victoria mientras lamenta el amor vacío que ni siquiera logran interpretar.
Somos la copia barata de lo que
no logramos comprar ni entender, somos el canje mejor pago según nuestro
bolsillo, somos simplemente lo que podemos comprar.
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