Por Exequiel Arrua
Cuando se
decidí emprender este camino extraño de
comunicar muchos pensamos en que podremos formar parte del cambio, de la
revolución, y de la desaparición de aquellas injusticias que casualmente nos
condujeron a ocupar el lugar que ocupamos. Pero lo cierto es que, con la mayor
de las suertes y con algo de viento a favor, apenas conseguimos cambiar de
canal para salirnos un momento de la ficción emitida para distraernos de la
realidad.
Al presentarse hechos
como los que ocurrieron en “Salta y Balcarce”, no solo te replanteas la
profesión; si no que haces un repaso por cada mínimo detalle, y la sensación de
vacío que genera pensarse en el lugar del otro,
eso nos confunde a tal punto que por un instante todo, absolutamente
todo, se cubre de dudas. Con el correr de los minutos el razonamiento nos
corrobora lo inevitable que resulta aquello que ya paso, entonces una profunda
reflexión nos recorre por todo el cuerpo hasta terminar, como cada dia en
nuestra casa mirando la televisión, buscando un desarrollo de contenido que
encaje con las ganas, las costumbres y la necesidad de momento.
Es justo esa la
incertidumbre, ahí se hospeda la mayor de las dudas, es allí donde la
información se tergiversa y toma distintos rumbos. El medio de comunicación.
Los grandes cambios
producidos por el desarrollo del capitalismo comercial modifican el sentido
“comunitario” de la información para convertirla en mercancía. Entonces esas
dudas son manipuladas por quienes trabajan con la información, y se exhibirán
en un relato previamente ensayado con un claro interés comercial. Es aquí donde
nos acercamos a Salta y Balcarse, no al lugar físico si no al resultado de la
divulgación, a la manera y el respecto que se tuvo (o no) para los mas
afectados.
Los títulos, las
bajadas, los informes, las fotos, y los distintos recursos de trasmitir la
información amplifican el mensaje y este puede tomar muchos rumbos. Uno de
tantos ellos es el morbo y la sensación de catástrofe consecutiva e inevitable.
Cuanto más sabes más vulnerable sos, porque el saber se
convierte automáticamente en una arista mas de evaluación, tu mirada critica se
amplia y notas detalles que quizás otros no.
A lo mejor por eso
es que en lo particular percibía una ambientación nostalgiosa de diferentes
medios de comunicación, la decoración del momento no fortuito y la comercialización de la información.
Y mañana podremos observar algo de esto,
¿o los medios de comunicación no van a utilizar el recuerdo “A una semana…?”
En medio de los
manejos de la información en algún momento también nos cruzaremos con una de
las caracterizas principales para ser argento, la viveza criolla, el tener
calle, las ataduras con alambre y el
sabérselas todas.
Recorremos el mundo
jactándonos de estas cualidades, orgullosos idolatramos al Diego Armando por su
gol con mano y siempre creemos estar un paso delante del otro.
“La viveza Argento”
es a veces el recurso utilizado para no tener que decir “lo cague”
Un Argentino vivo
es: quien pasa el semáforo en rojo, quien safa de la multa, el que envuelve con
palabras a otro para obtener beneficios, el administrador que cobra de mas las
expensas para quedarse su tajada, el que te dice que te cambia el repuesto y te
pone uno usado, el que se alegra porque pago un peso menos que el otro que pago
lo justo, o quien tiene que ir hacer una revisión de un servicio a consecuencia
de los numerosos reclamos de los vecinos y jamás llega.
La información a
simple vista pareciera que se encuentra ampliamente distante a las
característica Argentas, sin embargo aquí se cruzaron arrojando como resultado
la peor tragedia de la ciudad de Rosario. Y los medios de comunicación conocen
muy bien de las ataduras con alambres que existen en distintos sectores pero
sin embargo muchas veces callan, ocultan, tergiversan o generan un montaje en
cual existe una línea muy pequeña entre informar el minuto a minuto y la
teatralizacion dramática del hecho.
Independientemente
de lo ocurrido, sin dejar de lado el insaciable dolor de las familias que lo
perdieron todo, y de la excelente labor de los rescatistas, bomberos y todo
tipo de gente que hizo posible llevar adelante el gran trabajo que se viene
haciendo para encontrar a las personas aun desaparecidas; creo que hay dos
cuestiones sumamente importantes a analizar de aquí en adelante: la “viveza”
que formar parte de nuestra esencia y la teatralizacion de los medios de
comunicación, los cuales casualmente para bien o para mal nos terminan formando
la opinión.
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