Salvese Quien Pueda


Somos porque nos ven, somos porque nos escuchan. Entonces si somos porque nos ven, y somos porque nos escuchan...somos tantas cosas diferentes como las muchedumbres que integran esas multitudes, que nos ven y que nos oyen...

13 ago 2013

No sos vos, soy yo

                                      por Oscar Ayala

Allá por el 2004 el director Juan Taratuto le dio un poco de aire fresco a las comedias románticas en el país. Después de un largo tiempo, el cine argentino, había apostado a una película de género. El film nos habla de amores que comienzan, amores que tienen un fin, duelos que hay que transitar, olvidos que tardan en llegar, olvidos que por fin llegan, reinicios a la vida y otra vez: amores que recomienzan.
La propuesta viene muy bien acompañada del humor: diálogos increíbles en personajes simpáticos que  terminan estando por arriba de muchas situaciones de manera parcial en el desarrollo de la historia. La invitación a pasar un momento más que agradable en una comedia aparentemente banal, superficial y con vocación comercial está saldada.
Javier (Diego Peretti), es un médico que está recién casado, tiene planes de comenzar una nueva vida en Estados Unidos con María (Soledad Villamil). Antes de irse hacia Miami para encontrarse con su mujer, ella lo llama para decirle que se ha enamorado de otro y da por finalizada la relación. Javier comienza a desesperar: María es todo en su vida, todo gira en torno a ella. Sin saber qué hacer trata de refugiarse en su psicoanalista, en sus amigos y en el perro que acaba de comprar.
Lo central de la obra se centra aquí: el personaje de Javier por todos los estados de una ruptura. ¿Quién no ha pasado por una realidad semejante o ha conocido a alguien así? Esa cercanía en lo que se cuenta produce un ida y vuelta a través de una complicidad inmediata en los personajes. En definitiva, la historia cotidiana narrada en este filme nos permite ver a alguien que hace de todo para superar su incapacidad de estar solo y olvidarse de eso que es (o cree) una traición. Solo en él estará dejar de lado el pasado y comenzar una nueva etapa donde pueda estar o no una nueva mujer (Cecilia Dopazo).
El actor Diego Peretti funciona como “El Woody Allen porteño”. Son varias las secuencias en las que un par de frases en el diálogo provocan carcajadas de un modo agradable, cómplice y reparadora en esos momentos donde su personaje Javier parece no pasarla de la mejor manera. Esa particularidad que dios (o simplemente la gestación de sus padres) le dio a Peretti habita en la comedia: una manera de actuar, un cuerpo, una voz específica y una gesticulación determinada.
El otro punto fuerte de la película es la banda sonora: Calamaro y Drexler y otros que cantan canciones poperas de desamor le ponen la frutilla a la torta. Sus canciones acompañan los momentos más tristes y melancólicos de la película y relatan lo que el personaje va sintiendo.
Juan Taratuto es dueño de un tono ligero y eficaz en el transcurso de la realización de una comedia agridulce que tiene escenas verdaderamente divertidas. El personaje de interpretado por Peretti resulta tan enternecedor, tras el abandono de su mujer, que es imposible no simpatizar con él. Realmente notables son las conversaciones con el psiquiatra (Marcos Mundstock).
“No sos vos, soy yo”, le dio el puntapié inicial a Taratuto para convertirse en uno de los directores con más proyección de los últimos años. Cabe recordar las exitosas  ¿Quién dice que es fácil? (2006) y Un novio para mi mujer (2008).



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