Por Exequiel Arrua
Las sinceras
personas bellas ya no caminan por cerrito y Alem. Ya no caminan. Lo que no se
detiene es el vertiginoso tiempo que Ignora vientos y asume el desinterés.
Algunos
intercambian momentos. Se puede ver a muchos desesperados en el goce de las
reuniones. Hay quienes siempre visten bien y esperan el modelo compatible.
Otros solo están mirando por la ventana que da a todos lados…
Se cree que
creer es la clave. Sin embargo se han ido inventando tantas claves que se
bloqueo la creencia. Y así muchos (tantos como si fueran todos) se inventaron
una.
Algunos creen que los
recuerdos fomentan el deseo de las sensaciones, y estas te trasportan al lugar
recordado. Lo que sucede es similar a la
que nos invade cuando la curiosidad nos lleva a querer conocer. Quizás sea
porque el recuerdo ya no existe. Es una imagen más de nuestra imaginación
permitida.
Algunos preparan
la mesa para dos, siendo que son tres. Existen quienes se percatan de que algo
es mentira pero de momento optan por vincularse con los mentirosos, otros
duermen con la TV prendida. Y los que perciben todo esto enloquecen en la búsqueda
de una opinión similar. Se dice de algunos perseverantes que han intercambiado
opiniones, pero la fantasía es tan rápida como la luz.

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