Salvese Quien Pueda


Somos porque nos ven, somos porque nos escuchan. Entonces si somos porque nos ven, y somos porque nos escuchan...somos tantas cosas diferentes como las muchedumbres que integran esas multitudes, que nos ven y que nos oyen...

8 ago 2013

Rosario, Agosto de 2013.

Resulta prácticamente imposible comenzar a enumerar las sensaciones con un determinado orden, lo no tan bueno para algunos resulta una catástrofe para otros, y  a la hora de pensar en lo ocurrido algunos poseen la suerte de poder abrazarse con sus más allegados.  
Las palabras muchas veces carecen de intencionalidad, la lectura es ambigua, y mucho de lo que se deja leer en referencia  al difícil momento de la ciudad puede sumar pero también puede llegar a restar.
A medidas que transcurren las horas vamos tomando conciencia del hecho, las preguntas comienzan a desbordar a las respuestas, la ausencia de las mismas causan indignación y dolor  que crecen a pasos agigantados, y el alma parece encontrar un consuelo al ver la movilización de bomberos, rescatistas, y personas desobligadas que voluntariamente deciden sumar su granito de arena.
A mas de 48 horas de lo ocurrido hemos escuchado infinitas crónicas, diferentes imágenes, información de todo tipo en las redes sociales, especulaciones, lamentos y algún que otro oportunismo que llegado el momento podrá o no ser puesto en cuestión.  Desde nuestro lugar de ciudadano común no queda ya nada por hacer en Salta y Balcarce, en este momento la ayuda es mantenerse distante y en la medida que se pueda colaborar con los pedidos que se vallan solicitando desde Rosario Solidaria.


No podemos solucionar concretamente nada porque lamentablemente en algunos casos nada quedo. No vamos a poder devolver lo perdido, ni tampoco tendremos las palabras para un total consuelo de las personas afectadas directa o indirectamente en el hecho. Pero a medida que el tiempo comience a trascurrir hay posibilidades no solo de encontrar a los desaparecidos y así calmar esa esperanza colectiva que deambula la Ciudad, si no que también podemos crecer a raíz de este penoso y lamentable suceso.

Desde el martes se puede percibir en cada rincón de la ciudad como la mayoría de las personas sin importar ideología ni clase social, han actuado de manera colectiva solidarizándose con los afectados.  Sin embargo, es sumamente importante que cada uno se invite a si mismo a una profunda reflexión.

Somos testigos directos o indirectos de la perdida de viviendas, ahorros, objetos de toda la vida, recuerdos, fotos, bienes y personas. De ahora en mas la responsabilidad no solo es de las entidades, los gobernantes y las empresas; si no que también nosotros somos responsables de nosotros mismos y el valor que le damos a eso que nos rodea y que muchas veces pasamos por alto. 

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